
En la caza de la liebre son muchas las técnicas o métodos de
caza que se utilizan: con galgos, en batidas, en mano o en solitario. De la que
yo os voy a hablar es la que un cazador se enfrenta con la liebre de tú a tú,
sin perro ni nada que pueda ayudar. Es la lucha de igual a igual entre cazador
y liebre. Este modo de caza la liebre es el que más se utiliza tanto en mi coto
como en Aragón.
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El de la izquierda mi colaborador Ramón Fraga, especialista en cazar liebres |
Una de las primeras cosas que hacemos cuando nos levantamos
para ir a cazar es mirar el tiempo, ya que dependiendo de este elegiremos una
zona u otra para buscar la liebre. Por
ejemplo si hace mucho frío y aire elegiremos las vaguadas, días de calor en vaguadas de ríos o zonas
frescas, etc.
Cuando ya hemos elegido el terreno empezaremos a mirar a ver
si encontramos algún indicio de que la liebre anda por ahí como cagadas,
pisadas o miraremos en los rascadores. Una vez encontradas estas pistas
empezaremos a buscarla por los ribazos si son campos con lindes, en los remes
de paja si son rastrojos o en pequeñas
lomas que se quedan en mitad de los bancales. Donde menos te lo esperas salta
la liebre.
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Foto cedida por Juan Manuel Martinez, cazador de liebres |
Si lo hacemos en bancales de restrojo lo haremos siempre
entre los 10 o 20 metros cerca de las lindes del bancal ya que es allí donde se
suele encamar. Si hemos decidido buscarla en algún olivar los lugares que
primero buscaremos son los ribazos para acabar con las zuecas de las oliveras.
Cuando hay bancales san ceros y no ha entrado el ganado es el sitio ideal para
que haya un par de liebres en cuyo caso buscaremos meticulosamente empezando
siempre de fuera para dentro, es decir a diez metros de la orilla y así
sucesivamente hacia adentro.
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Cama de liebre |
Una curiosidad que tienen las liebres cuando crían es que
sus crías nunca se encaman en la misma dirección, siempre cada una de ellas
tiene la salida en dirección contraria a la otra. Para cazar la liebre utilizo
cartucho del número 7 y 6 de 32 gr y 34 gr dependiendo del tiempo. El disparo
si templamos los nervios es bastante fácil ya que cuando salta la liebre
enseguida se pone a correr recta a no ser que algún perro la apure, por tanto, tranquilidad a la hora de dispararla es la clave del éxito del disparo.
Mi agradecimiento a Ramón Fraga Andreu de 81 años y cazador de liebres de toda la vida por su colaboración en este artículo.